Mucho se comenta sobre los productos capilares sin estas sustancias químicas. Empezaremos comentando en qué consisten y cuál es su función.
Los parabenos son sustancias químicas utilizadas por su función bactericida. Se usan para conservar el producto libre de bacterias en la industria farmacéutica. Lo encontramos en multitud de productos de uso frecuente como champús, cremas suavizantes, mascarillas… Existe una gran polémica, incluso a veces, alarma social en torno a estas sustancias químicas. Lo que sí es cierto es que los parabenos que se utilizan en los productos para el cuidado del cabello, tales como los descritos anteriormente, pasan todos los controles sanitarios. Lo que no significa que sean 100% buenos para nuestra salud capilar. Cada persona sufre una reacción distinta según que producto utilice, descamación, picores…
En el año 2004 se publicó un estudio sobre la posible relación de los parabenos y el cáncer de mama, no se ha demostrado, y a partir de entonces su fama decayó, no sin merecerla. Los parabenos conservan el producto pero pueden provocar reacciones alérgicas en la persona que los usa. Picores, sequedad en el cuero cabelludo, el pelo se vuelve más débil, es como si estuviéramos maltratándolo.
Los productos que están libres de parabenos sí usan otros conservantes bactericidas e incluso pueden ser igualmente dañinos para nuestra piel y cuero cabelludo. Lo que está claro es que las marcas apuestan por productos capilares más naturales, libres de sustancias químicas que puedan provocarnos alergias.